ÍNDICE
QUÉ ES EL TALENTO
El término más comúnmente utilizado para referirse a las personas con capacidades excepcionales es el término talento. El Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, en su edición de 1984, lo define como «el conjunto de dones naturales o sobrenaturales con que Dios enriquece a los hombres».
El término talento procede del latín talentum, que proviene del griego talanton, palabra que se utilizaba para referirse al plato de una balanza. El talento también fue una moneda romana que representaba el don de la riqueza otorgado por los dioses. Además, el término apareció en numerosos pasajes bíblicos, lo que le otorgó una connotación innata que durante el periodo romántico evolucionaría a la idea de que el talento es una cualidad natural que depende de la herencia genética.
Superdotación y talento comenzaron a utilizarse para referirse a las personas que alcanzaban puntuaciones excepcionales en los estudios psicométricos de la inteligencia. Perspectiva que, de facto, dificultó su utilización en otros ámbitos como el artístico o el deportivo, ya que las capacidades necesarias para alcanzar un alto rendimiento en ellos iban más allá de la inteligencia. De hecho, autores como Alfaro (2004) afirman que «siguen existiendo muchos reparos a la hora de incluir a los individuos con altas habilidades motrices en el selecto grupo de los superdotados, debido a la tendencia a relacionar la superdotación y el talento con la capacidad intelectual».
LA CONFUSIÓN TERMINOLÓGICA
Sin embargo, a partir de las teorías de Spearman (1927) y Thurstone (1938) la perspectiva de estudio de la inteligencia humana cambió, pasando de centrarse exclusivamente en la medición del cociente intelectual a adoptar un enfoque multifactorial en el que tenían cabida otros conceptos y ámbitos. Esto provocó una proliferación terminológica que aún, a día de hoy, dificulta el trabajo de los investigadores de la superdotación y el talento.
Por ejemplo, Martinson (1974); Tannenbaum (1983); o Pérez, Domínguez & Díaz (1998), destacan la dificultad para dar una única acepción del término superdotado, y afirman que se pueden encontrar otros términos y conceptos para definir a los sujetos especialmente dotados. Por ejemplo Jiménez (2008, citando en Gilar, 2003) afirma que, históricamente, las personas que han realizado su trabajo a un nivel más alto que otros, han sido calificados en psicología como excepcionales, superdotados, talentosos, expertos, superiores, especialistas, excelentes… diferenciándolos exclusivamente a partir de aspectos individuales.
Desde el punto de vista del ámbito deportivo, la aparición de los nuevos modelos multifactoriales del talento supuso, por una parte, la aparición de referencias al deporte y las habilidades motrices en los estudios de la inteligencia, y por otra, la aparición de nuevos modelos explicativos específicos. Algunos ejemplos son los siguientes:
- Dentro del Modelo de Aptitudes Mentales Primarias de Thurstone (1938) se habla de la «velocidad perceptiva y de razonamiento», que en el deporte podemos asociar a la capacidad de percepción y a la toma de decisiones.
- Vernon (1950) estableció la existencia de un factor K responsable de la coordinación psicomotriz y que se manifestaba en la velocidad motora, la toma de decisiones, la destreza y la habilidad perceptual, y que reside en la base de la habilidad física atlética.
- Guilford (1967) en su Modelo de la Estructura del Intelecto incluyó la creatividad y el pensamiento divergente. Habilidades necesarias en los juegos deportivos colectivos para resolver los problemas de una manera eficiente (Aragunde Soutullo & Trigo Aza, 1998).
- Marland (1972) incluyó las habilidades psicomotoras y de liderazgo dentro de las seis áreas de la dotación y el talento, esta última enormemente estudiada por la psicología del deporte, y también citada por otros autores (Alexander, Carr, & Schwanenflugel, 1995; Rizza & Mcintosh, 2001) para referirse a las áreas de actuación del superdotado.
- Howard Gardner (1983) estableció siete tipos de diferentes de inteligencia. Entre ellas la Corporal-Kinestésica, específica del ámbito motriz. Así como la Intrapersonal y la Interpersonal, que adquirieron gran relevancia al impulsar el desarrollo de la inteligencia emocional, que ha sido ampliamente estudiada en el ámbito deportivo.
- Sternberg (1984), con su Teoría Triárquica de la Inteligencia, abrió el estudio del talento a otras habilidades; a la importancia de la experiencia; y a la capacidad para procesar información e interactuar con el entorno.
- Para Kane (1986), aunque el CI se correlaciona mejor con los talentos académicos que con los artísticos o psicomotrices, las personas que se desenvuelven con éxito en estas áreas poseen un CI por encima de la media.
- Para Simonton (1999), los superdotados son individuos con alguna capacidad innata que les permite alcanzar un rendimiento excepcional en un área que requiere herramientas especiales y entrenamiento. Opinión similar a la de Françoys Gagne (2000), quien afirma que el talento es el desarrollo de habilidades innatas a través de la práctica.
- Winner (2000), por su parte, define a las personas con talento como aquellas que poseen una habilidad excepcional en forma de arte o área atlética.
- Por último, Alfaro (2004) afirma que si comparamos las características y peculiaridades de los sujetos con altas capacidades intelectuales con las de deportistas de éxito, podemos encontrar una gran correlación tanto en los procesos cognitivos como en las características de la personalidad y en las actitudes comportamentales.
Tal y como hemos dicho, esta nueva visión multifactorial de la superdotación y el talento en el ámbito deportivo, favoreció la aparición de otros modelos explicativos entre los que cobraron especial importancia los que se centraron en el desarrollo de la pericia y la adquisición del conocimiento experto. En este sentido, Lorenzo (2000) afirma que “el término talento ha sido sustituido por el de sujeto experto, lo que supone una aproximación totalmente diferente al fenómeno». Mientras que para Sánchez (2002), la corriente fundamental que ha guiado la investigación acerca del conocimiento experto en el ámbito deportivo ha sido la del denominado «Enfoque-Pericia», desarrollado por Ericsson & Smith (1991).
Las bases bases metodológicas del enfoque pericia residen en los trabajos realizados por De Groot (1946) sobre ajedrecistas expertos, que posteriormente continuó Chase & Simon (1973). Este enfoque cobró tanta importancia que incluso algunos investigadores llegaron a afirman que el concepto talento debería ser sustituido por el de experto, entendiendo este como «cualquier persona con experiencia, instruido por la práctica hábil, ágil, que tenga facilidad para operar o rendir” (Salmela, 1997; citado por Lorenzo, 2000). El Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (2001) define al sujeto experto como una persona práctica, hábil y experimentada. Mientras que el término pericia se entiende como sabiduría práctica, experiencia y habilidad en una ciencia o arte. Si bien, algunos autores afirman que ambos conceptos son equivalentes (Salmela, 1997; Sánchez, 2002; y Jiménez, 2008).
TALENTO, EXPERTO, DOTADO, SUPERDOTADO…
Respecto a esta enorme confusión terminológica el profesor Françoys Gagné (2009) afirma que quienes exploren la literatura científica en este campo pronto descubrirán que “la existencia de términos diferentes no implica la existencia de conceptos distintos”. En este sentido, Lorenzo (2000) afirma que la utilización de los términos «talento» y «experto» simplemente representa nuestra ubicación mental del fenómeno y pregunta: «¿Quién es un talento en el fútbol?, y si viene a nuestra mente Raúl o Ronaldo, estaremos hablando de jugadores expertos; mientras que si viene a nuestra mente el niño pequeño de 10 años que empieza a jugar al fútbol, parece que nos identificamos más con el concepto de talento».
Si atendemos a esta apreciación, la utilización del término «talento» se asocia a las características innatas del sujeto, a las etapas de formación iniciales y a la predicción del rendimiento futuro. Mientras que si utilizamos el término «experto», nos estaremos refiriendo al final de la etapa de formación y al camino seguido por el deportista para lograr esa denominación. En este sentido, Lorenzo (2000) sostiene que ambas perspectivas de estudio no son excluyentes, sino que deben ser complementarias. Una visión similar a la adoptada en el Modelo Diferenciador de Dotación y Talento (MDDT) desarrollado por Françoys Gagné (2008). Este modelo sostiene que existen sujetos con cualidades naturales por encima de la media, a los que llamará Dotados, quienes a través de un proceso de formación adecuado pueden alcanzar altas cotas de rendimiento en una área concreta y pasar a denominarse Talentos.