INFLUENCIA DE LOS PADRES EN EL DESARROLLO DEL JOVEN FUTBOLISTA

ÍNDICE

PADRES CON HIJOS DEPORTISTAS

Existen numerosos estudios que destacan la importancia de la familia en el logro deportivo de los hijos. Por ejemplo, Arias Estero (2008) o Palomo (2012) destacan la importancia del apoyo emocional y económico de los padres; Côté, (1999), Gibson (2002), Harald (2006) y Sánchez (2002) afirman que el éxito deportivo depende en gran medida del apoyo de los padres y de la actitud positiva hacia la práctica deportiva de los hijos; mientras que Kanters, Bocarro & Casper (2008) señalan que el principal motivo por el que los padres refuerzan el deporte competitivo de los hijos es que ven en él un elemento muy importante para su socialización.

Influencia de los padres en el desarrollo de jóvenes futbolistas. Advisoccer. Advitalent.

ETAPAS DEL ROL PARENTAL

Sin embargo el rol de los padres en el deporte y el fútbol no es inmutable, sino que evoluciona a lo largo de los años, pudiendo distinguirse varias etapas según el autor que estudiemos:

Por ejemplo, siguiendo a Bloom (1995) podemos distinguir tres periodos diferentes:

  • Etapa I (4-12 años): Introducción del niño en el fútbol motivado por los padres, fundamentalmente por el progenitor. Se trata de un periodo en el que prima el disfrute sobre el resultado.
  • Etapa II (13-18): El fútbol se convierte en el núcleo central de la vida social familiar. Los padres se involucran llevando a sus hijos a entrenar y a competir, y se preocupan por el tipo de entrenador.
  • Etapa III (18 años en adelante): El niño se distancia de la familia, a la que convierte en un refugio frente al estrés. Algunos padres (varones) asumen el rol de dar indicaciones técnicas y tácticas.

Por su parte, siguiendo la perspectiva de Côté (1999) también podemos diferenciar tres etapas, caracterizadas por:

  • Primera etapa (6-13 años): Los padres ofrecen a los hijos posibilidades para que se involucren en un deporte, siempre premiando el disfrute sobre el rendimiento. En este periodo es cuando se suele detectar el talento para un deporte determinado.
  • Segunda etapa (13-15 años): El interés familiar acerca del deporte de los hijos se incrementa, lo que se hace tangible por el aumento de la inversión de tiempo y dinero para ayudar al niño, en desplazamientos, material deportivo, etc.
  • Tercera etapa (15 años en adelante): Los padres se convierten en el principal apoyo emocional de su hijo, ejercen de asesores y consejeros ante multitud de aspectos técnicos, tácticos, lesiones, bajo rendimiento. Su implicación es máxima.

También Durand-Bush & Salmela (2002) diferencian tres fases diferentes, caracterizadas por los siguientes aspectos:

  • Primera fase: Los padres ejercen un rol más cercano asumiendo en ocasiones funciones propias del entrenador.
  • Segunda fase: Los padres ejercen fundamentalmente un papel emocional, apoyando y ayudando a sus hijos.
  • Tercera fase: Los padres continúan siendo el principal apoyo de sus hijos.

TIPOS DE PADRES Y EVOLUCIÓN DEL ROL PARENTAL

Aunque con el paso del tiempo el apoyo emocional de los padres disminuye, éste sigue siendo fundamental para el desarrollo de sus hijos en el fútbol, si bien son pocos los estudios que han analizado cómo evoluciona el rol de los padres a medida que el joven futbolista también evoluciona.

El análisis de los diferentes estudios nos permite afirmar que mientras que en la infancia la principal fuente de presión son los padres, en la adolescencia esa presión se traslada al entrenador; que la implicación de los padres es más alta en las fases de iniciación; y que existe una clara relación entre el nivel de implicación de los padres y el nivel de éxito deportivo de los hijos. Si bien, no solo el nivel de implicación es importante, sino sobre todo la interpretación que el niño hace de la implicación de sus padres. Así, los niños que perciben apoyo y compromiso por parte de padres tienden a adoptar actitudes positivas hacia el fútbol y a sentirse competentes. Mientras que los que perciben la implicación de sus padres como negativa tienden a sentirse menos competentes y pierden interés. El análisis de este aspecto ha dado lugar a algunas clasificaciones en función del tipo de implicación exhibida por los padres:

Por ejemplo, Kirk & MacPhail (2003) distinguen entre:

  • Non-attenders: Padres con bajo compromiso, que le permiten la práctica deportiva pero no se implican en las actividades del hijo.
  • Spectators: Padres que van a casi todas las actividades del hijo pero no interactúan con el entrenador.
  • Helpers: Padres que ayudan al entrenador siempre que lo necesita. Suelen tener conocimientos sobre el deporte.
  • Commited members: Padres que muestran una alta implicación a lo largo del tiempo, llegando a asumir roles dentro del deporte.

Otra clasificación es la realizada por Pérez (1999), quien distingue entre:

  • Educativos: Padres que buscan en el fútbol un complemento a la formación de sus hijos, priorizan la diversión a la competición y generalmente poseen un nivel sociocultural elevado.
  • Deportistas: Padres cuyo tiempo libre se centra exclusivamente en el deporte, desean compartir su tiempo con sus hijos y en ocasiones ejercen de entrenadores.
  • Cazatalentos: Padres que buscan el éxito deportivo de sus hijos. Suelen ser padres de niños que destacan a temprana edad.
  • No practicantes: Padres que nunca han practicado deporte, no conocen sus beneficios y les maravilla cualquier pequeña mejora. Suelen implicarse mucho en las necesidad deportivas de sus hijos.
  • Antivicios: Padres que fomentan el deporte en sus hijos para alejarlos de otras actividades que consideran más dañinas.
  • Snobs: Padres que utilizan a sus hijos para saciar sus deseos de hacerse notar y estar a la moda.

La evolución del rol parental a lo largo de los años en el fútbol es debida en parte al efecto bidireccional que existe entre el estilo educativo de los padres y la personalidad de los hijos. De manera que a medida que la personalidad del niño evoluciona, los padres modifican sus comportamientos. Esto provoca, por ejemplo, que ciertas respuestas de los hijos, caracterizadas por la irritabilidad, la escasa autorregulación o el miedo, generen en los padres rechazo e inconsistencia en sus medidas disciplinarias. Mientras que respuestas emocionales positivas y con una elevada autorregulación, fomentan mayores índices de aceptación y una disciplina consistente.

MODELOS TEÓRICOS SOBRE LA INFLUENCIA DE LOS PADRES

A raíz de los trabajos desarrollados por Alfred Adler (1927) sobre la influencia que la interacción padres-hijos ejerce en el desarrollo de los niños, se otorga a la familia y en concreto a los progenitores un papel crucial en el desarrollo de la personalidad de los hijos. Destacando la importancia de generar un clima de cohesión que satisfaga las necesidades de todos, ya que la familia educa a los hijos, no sólo directamente, por sus intervenciones educativas intencionadas, sino también, por el ambiente en que les hace crecer.

Siguiendo a Brustad (2003), los estudios sobre la influencia familiar en el desarrollo deportivo de los hijos se han dividido en tres etapas:

  • Etapa I: En la que se reconoce la importancia de la familia en el desarrollo deportivo de los hijos, donde se destaca la influencia de la figura paterna.
  • Etapa II: En la que la investigación se centra en la influencia de los comportamientos parentales (padre y madre) en el desarrollo deportivo de los hijos, especialmente los más talentosos. Los efectos de la ansiedad, el autoconcepto y la motivación.
  • Etapa III: Es la más amplia, e incluye el estudio de los modelos teóricos explicativos sobre la influencia familiar en el desarrollo del niño, tales como la Teoría de Competencia Percibida o Teoría de la motivación de competencia; el Modelo de Expectativa-Valencia; o el modelo desarrollado por Hoover-Dempsey & Sandler (2005), que veremos a continuación.

TEORÍA DE LA COMPETENCIA PERCIBIDA

La Teoría de la Competencia Percibida, o Teoría de la Motivación de Competencia, desarrollada por Harter (1999), se basa en los sentimientos de las personas sobre su propia percepción de competencia. Esta teoría afirma que las personas sienten la necesidad de ponerse a prueba, y que serán aquellas actividades en las que el sujeto sienta que es competente en las que tenderá a implicarse. La importancia de los padres en este sentido es clave, ya que los niños muestran mayores niveles de competencia y motivación intrínseca cuando reciben alabanzas por parte de sus padres acerca de su desempeño deportivo (Palomo, 2012).

MODELO EXPECTATIVA-VALENCIA

Por otra parte, el modelo Expectativa-Valencia, desarrollado por Eccles & Harold (1991), explica como todas las personas que rodean al deportista pueden influir en sus expectativas de éxito, en su percepción de competencia y, por lo tanto, en su comportamiento dentro de un entorno de logro, como es el fútbol. Este modelo postula que los padres influyen en la socialización de los hijos de tres maneras: ejerciendo de modelos, aportando experiencia y ayudando a interpretar esas experiencias.

MODELO DE HOOVER-DEMPSEY & SANDLER

Este es uno de los modelos más actuales, desarrollado en 2005, presenta una perspectiva integral, basada en tres aspectos fundamentales:

  • Por qué los padres participan en el deporte de sus hijos.
  • Qué características presentan sus formas de implicación.
  • Cómo la implicación paterna influye en el contexto de logro deportivo del niño.

En definitiva, por qué los padres participan y cómo su implicación influye en el desarrollo futbolístico de sus hijos. El modelo está formado por cinco niveles, el nivel 1 representa las tres causas principales por las que un padre decide involucrarse en la práctica deportiva de sus hijos; el nivel 2 representa los mecanismos que los padres utilizan para influir en la práctica deportiva de los hijos; el nivel 3 recoge las percepciones del niño respecto a los mecanismos utilizados por sus padres; el nivel 4 incluye una serie de variables psicológicas próximas al niño, que están influidas por la conducta de los padres respecto a la práctica deportiva de su hijo; y finalmente el nivel 5 representa la autorrealización del niño como resultado final del proceso.

Basándose en el modelo propuesto por Hoover-Dempsey & Sandler (2005), Teques & Serpa (2009) realizaron una revisión acerca de los estudios que han investigado la influencia parental en el deporte de los hijos, cuyos resultados más interesantes podemos ver resumidos aquí:

  • Los padres que asumen un rol excesivamente activo en ocasiones se convierten en una fuente de estrés añadido.
  • La implicación de los padres está influenciada por los resultados que esperan alcanzar al implicarse y por la evaluación que hacen de sus propias competencias.
  • Los padres con escasa disponibilidad de tiempo o inestabilidad laboral tienden a implicarse menos en las actividades de los hijos.
  • El tiempo y la energía empleados, sobre todo entre los 13 y los 15 años, son una característica asociada al desarrollo del talento deportivo. Se trata de años en los que la actividad del hijo se convierte en la principal actividad social de la familia.
  • Los padres deben conocer las reglas del deporte practicado por sus hijos, así como determinadas estrategias y habilidades para abordar al niño antes, durante y después de las competiciones.
  • Los padres de talentos deportivos tienen a implicarse en la selección del perfil ideal de entrenador para cada etapa de aprendizaje del niño.
  • Los padres de niños muy comprometidos con la práctica deportiva tienden a exhibir valores relacionados con la importancia de la realización personal, el trabajo arduo, el éxito y la persistencia.
  • La instrucción parental en el deporte se asocia a la instrucción, orientación y asesoramiento que los padres proporcionan a sus hijos sobre posibles soluciones a situaciones problemáticas durante la práctica deportiva.
  • Tanto los padres muy directivos, que dicen a sus hijos lo que deben hacer aunque el niño no les pregunte, y los padres muy poco directivos que no se interesan por la práctica deportiva de sus hijos, se asocian a niños que dejan de divertirse con el deporte.
  • Los niños que perciben un estilo comunicativo basado en el apoyo por parte de su entrenador presentan más compromiso y diversión en la práctica deportiva.
  • Los comportamientos de ánimo y apoyo están relacionados con experiencias poco estresantes, lo que previene el abandono de la práctica deportiva.
  • Las percepciones del niño respecto a su competencia deportiva se correlacionan con las percepciones de los padres.
  • La evaluación deportiva de los padres está significativamente relacionada con la autoevaluación realizada por el niño sobre su propio rendimiento.
  • Del mismo modo que el comportamiento del entrenador ejerce un efecto modelador en la autoeficacia colectiva de un equipo, los padres pueden tener un efecto similar al proporcionar confianza en las competencias del niño a través de un estilo positivo de comunicación y de cooperación con el entrenador, modelando el comportamiento del practicante respecto a la relación con su entrenador.